Nuestro cerebro en ocasiones activa la sensación de hambre de forma errónea, compulsiva y repetitiva a lo largo del día, esto hace que aumente nuestra ingesta calórica y que adoptemos malos hábitos respecto a la alimentación.
Mediante la relajación profunda modificamos la conducta y eliminamos los malos hábitos que tenemos relacionados con la alimentación, por ejemplo, los atracones, las constantes visitas al frigorífico y la adicción a ciertos alimentos como el chocolate, los dulces o las bebidas azucaradas.
También disminuimos la intranquilidad, que es la responsable de nuestro descontrol ante la comida y esto nos ayuda a seguir una dieta sin problemas o bien a modificar nuestros hábitos, como ingerir una menor cantidad de comida o comer cinco veces al día, recomendación que nos hacen desde la OMS.
La Relajación profunda te ofrece el procedimiento más eficaz y más duradero en la lucha contra el peso.